Miles de vidas dependen de las decisiones que tomemos ahora. La actuación contra el cambio climático debería ser un derecho humano.

El año 2020 empezó con fuerza: 11 millones de hectáreas de bosque fueron quemadas por los fuegos de Australia. En los primeros siete días de este año se registraron la mitad de los puntos de calor hallados en todo enero del año pasado. Petteri Taalas, Secretario General de la Organización Meteorológica Mundial, afirmó que la década de 2010 a 2019 fue la más caliente jamás observada y que se esperan fenómenos meteorológicos extremos en los años por venir. Según la agencia especializada de la ONU, la temperatura mundial anual en 2019 superó en 1,1°C el promedio registrado en la época preindustrial correspondiente a los años comprendidos entre 1850 y 1900. 

Entre los eventos actuales cabe destacar que los fuegos de California han provocado 36 muertos y han arrasado más de 1,7 millones de hectáreas, 37 % del oriente de Bolivia está en llamas, mientras que en Paraguay hay 13.843 focos de calor, los incendios en el Pantanal de Brasil se dispararon un 180 % y registraron un récord histórico. Además, este año hemos presenciado las mayores tormentas y ciclones de la historia. 

Cuando los desastres naturales se suman a la pandemia las secuelas las pagan los más débiles. En una encuesta a ciudadanos latinoamericanos, el 97% coincide en que no están preparados para enfrentarse a las consecuencias del cambio climático y que la situación agrava la pobreza. No podemos negar que los causantes de todos estos desastres son las concentraciones de gas de efecto invernadero en la atmósfera, las emisiones de CO2 de origen fósil y la alteración de las condiciones hidrológicas.

Miles de personas se ven afectadas por las condiciones meteorológicas cambiantes, siendo forzadas a abandonar sus hogares si quieren sobrevivir. La población mundial de migrantes habrá llegado a 321 millones en 2050 de 9.700 millones en total, la mayoría de ellos huyendo del cambio climático. La falta de consenso político impide la creación de un documento oficial que reconozca y proteja a estos refugiados climáticos.

Ya no puede aplazarse más la adopción de medidas transformadoras si se quieren alcanzar los objetivos del Acuerdo de París. Por lo tanto, miles de organizaciones tratan cada día de luchar contra el calentamiento global y el cambio climático. Ejemplo de ello son las oficinas nacionales del Cambio Climático, las plataformas de la Alianza por el Clima, Think Tanks como El Instituto para Políticas Europeas Medioambientales (IEEP), el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente o movimientos tan famosos como los liderados por Kip Andersen o Greta Thunberg.

Por último, en la COP24 (Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático) numerosas organizaciones, bancos de desarrollo y mercados de cooperación anunciaron su compromiso con la neutralidad climática y con el Acuerdo de París. Son ejemplos a seguir para que el resto de la comunidad internacional continúe con su trabajo. Algunas de ellas son la Secretaría de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), la Comunidad del Pacífico, el ICLEI, el Comité Paralímpico Internacional (CPI) o la Organización Latinoamericana de Energía (OLADE).

OXFAM pronostica que para 2050 habrá ciudades desaparecidas por el aumento del nivel del mar debido al deshielo de los polos y que viviremos un mayor número de ciclones, huracanes e inundaciones, y los fenómenos meteorológicos serán cada vez más agresivos. Muchas de las especies de animales que conocemos se habrán extinguido o desplazado de su hábitat natural, ya que por el instinto de supervivencia habrán migrado a otras zonas para intentar adaptarse a ellas. Las ciudades con más población del planeta, como Hong Kong, Bangkok, Shanghai o Yakarta, verán cómo sus habitantes tienen que abandonar sus residencias y migrar a otros lugares habitables. Millones de personas morirán de forma prematura debido a la contaminación.

Este es el futuro que nos espera. Debemos ser conscientes de que miles de vidas dependen de lo que hagamos hoy.

 

Autora: Ana Nieto Santos 

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